
Consumo Consciente
Lo quieres o lo necesitas? Tómese un momento para considerar por qué lo está comprando. Puede ser tentador aprovechar cada nueva tendencia en moda, dispositivos o juegos. Antes de saltar a una tendencia, pregúntese: "¿Querré este artículo dentro de un año?" Puede que solo sea una moda pasajera que pasará en poco tiempo. Cuanto menos consumas, menos habrá para desperdiciar.
Tesoros en tu hogar
Nuestras casas son tesoros ocultos! Revise alrededor de su hogar y vea lo que ya tiene que puede minimizar el desperdicio. Usa vasos vacíos para almacenar alimentos secos, bombea botellas para almacenar jabón líquido y cremas, y consume las sobras en lugar de tirarlas.

Eliminar el uso único
Audita tu basura. ¡No, no es una auditoría completa de la empresa! Mantenga un cuadro simple de siete días en el refrigerador y tome nota de lo que está tirando después de un solo uso. Los culpables comunes serán los utensilios de plástico, las botellas de agua, las pajitas y los envases de alimentos. Intente reemplazar los elementos por otros reutilizables. Por ejemplo, cambie las botellas de agua de plástico por una reutilizable: ¡hay miles en el mercado de todas las formas, tamaños y colores!
Revolución de recarga
Deshazte de las grandes y toscas botellas de plástico en las islas de belleza y únete a la revolución de las recargas. Lugares como The Body Shop le permiten recargar sus productos favoritos para el cuidado del cabello y el cuerpo, mientras que Molton Brown ha lanzado una nueva colección de recarga manual en un intento por deshacerse del desperdicio de plástico.
Bolsas reutilizables
Opta siempre por artículos reutilizables, especialmente bolsas. Los estudios muestran que cada año se consumen entre 500 000 millones y 1 billón de bolsas de plástico en todo el mundo. Reemplazarlos en nuestra vida cotidiana es uno de los cambios más rápidos y fáciles hacia una vida sin desperdicios. Invertir en algunas bolsas reutilizables para sus compras puede marcar la diferencia. Baratos, duraderos, elegantes y sostenibles: ¡qué no amarlos!
